jueves, 17 de abril de 2008

VIVIR

No permitas que la
vida te pase a ti

Walt Whitman
(De "La sociedad de los poetas muertos")

No dejes que termine el día
sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite
el derecho a expresarte,
que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer
de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras
y las poesías, sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y es oasis.

Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,
porque sólo en sueños puede s
er libre el Hombre.

No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. Huye.

"- Emito mis alaridos por los techos
de este mundo", dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas.

No traiciones tus creencias.
porque no podemos remar en contra
de nosotros mismos:
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron ,
de nuestros "Poetas Muertos",
te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "Poetas Vivos".
No permitas que la vida te pase a ti
sin que la vivas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La libertad, la ilusión, el deseo de crecer, el dejar volar libre al alma sin encadenarla ni un solo segundo al fango de la ambición, el vicio, el embrutecimiento, la pérdida de la conciencia y la traición a los ideales. El ser capaz de soñar cada noche sin límites ni miedos, para luego dedicar el día a hacer realidad tus sueños. Mirarte al espejo cada mañana para ver si sigues siendo tú, si tu rostro irradia la luz que tenía cuando naciste o el hastío y la desesperanza han surcado tu rostro...y preocuparte por encontrar nuevos horizontes que despierten tu sonrisa y vuelvan tu mirada la de un niño. Aprender sin olvidar la sabiduría de la inocencia. Descubrir aquello que desde que existes buscabas...y entregar a ello tu existencia. Esa es la esencia de la vida.

Anónimo dijo...
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